El “Relámpago del Catatumbo”, primera fuente del planeta generadora de electricidad de origen tormentoso, frustró en 1595 un ataque del pirata inglés Francis Drake a la ciudad de Maracaibo.
El episodio está recogido en “La Dragontea”, de Lope de Vega, y relata cómo la luminosidad desplegada por el relámpago le permitió a un vigía divisar las naves de Drake y alertar a la guarnición, que logró repeler el ataque nocturno.
El Relámpago del Catatumbo fue durante varios siglos un “faro natural” para orientar a los navegantes que, procedentes de las Antillas Holandesas, o llegados a sus aguas desde otros puertos, tenían como destino el Golfo de Venezuela.
De acuerdo a los registros meteorológicos de la Fuerza Aérea Venezolana, las tormentas eléctricas, nube a nube, aparecen allí entre 140 y 160 días al año y en ellas las descargas eléctricas se presentan con una frecuencia promedio de 28 por minuto. Cada una de esas descargas tiene la energía suficiente como para encender 100 millones de bombillas, lo que significa que 10 minutos de actividad bastarían para encender todas las bombillas de Suramérica. Además, existen indicios de que el “Relámpago del Catatumbo” sea la primera fuente generadora de ozono estratosférico en el planeta en tormentas eléctricas de nube a nube. El fenómeno se produce al converger en la zona nubes cargadas de electricidad con suelos cenagosos igualmente cargados, en un medio de baja presión atmosférica provocada por el desvío que sufren los vientos alisios que llegan del noreste al chocar con la sierra de Perijá, que tiene alturas superiores a los 3.500 metros.
Fuente: EFE.com
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