Actualmente, frente a la diversidad de estilos y corrientes arquitectónicas alrededor de todo el mundo, existe una gran diversidad de expresiones artísticas al diseñar un hotel. Son numerosos los factores que influyen en el diseño final: la ubicación, los materiales, las dimensiones, el contexto, etc.
El diseño del Despark Hotel nació de una mezcla de ideas, recuerdos y emociones acerca de las experiencias personales del diseñador Andreas Strauss. Buscando dar respuesta a las necesidades de viajeros como él, que van en busca de un mínimo espacio para acomodarse a un precio lo más bajo posible y poder hospedarse en ciudades alrededor del mundo de forma itinerante.
Este hotel se vale de tubos de hormigón que sirven como habitaciones. Por su gran solidez proporcionan un sitio realmente seguro para pasar la noche en cualquier ciudad, su inercia térmica ayuda a que el ambiente sea lo suficientemente cálido en verano, otoño y primavera [solamente permanece abierto de mayo a octubre de cada año] y, al mismo tiempo, proporciona un aislamiento acústico suficiente para poder descansar con comodidad. Se encuentran ubicados en un espacio público en el centro de la ciudad y todos los servicios complementarios que se necesitan se obtienen en los alrededores [baños, bares, cafés, etc.].
Los tubos son tan pesados que es prácticamente imposible que los remuevan de su ubicación. El interior es muy austero, solamente cuenta con una plataforma de madera sobre la cual va el colchón y una repisa lateral con una lámpara. Lo mejor, el sistema de pago -pay as you wish-, que permite a los usuarios pagar simplemente lo que pueden permitirse por cada noche de estadía.
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