miércoles, 8 de abril de 2009

Miercoles Santo

El Evangelio del Miércoles Santo continúa con la traición de Judas Iscariote en este caso en relato de San Mateo:

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:

-«¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»

Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

-«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»

Él contestó:

-«ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos"».

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:

-«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:

-«¿Soy yo acaso, Señor?»Él respondió:

-«El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido».

Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:

-«¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió:

-«Tú lo has dicho».

Mateo 26, 14-25


En Venezuela miles de feligreses veneran este Miércoles Santo al Nazareno de San Pablo.


"Cuenta la historia que en tiempos remotos, quizás para el siglo XVII, Caracas fue azotada por la peste del vómito negro. En esta época, los Caraqueños y Caraqueñas solían visitar la iglesia de San Pablo el Ermitaño para congraciarse con el mártir, Nuestro Nazareno de San Pablo y pedir por sus necesidades, tristezas o mas anhelados sueños.
Ya en aquel tiempo muy cerca de la hoy basílica de Santa Teresa sus devotos solían sacarlo en procesión por las muy antiguas empedradas calles de Caracas, muchos de ellos exhibiendo el atuendo color violeta oscuro (color de la mutación, o sea de la transformación revolucionaria) o como sucede hoy en día llevando además miles de violetas a su santuario, signo de que se estaba en presencia de un fiel que pagaba una promesa por favores concedidos.
En ese entonces y en medio de tal mortandad producto de la peste, el Nazareno tropieza en el camino de la procesión a la altura de la hoy bien conocida esquina de Miracielos, con un Limonero que en ese lugar se encontraba, enredando sus ramas con la cruz y cayendo a la postre cierta cantidad de limones, “Milagro, ¡Milagro!”, gritaron las Caraqueñas y Caraqueños, tomando dichos limones y comenzando a partir de allí una tercera tradición, la referida a las propiedades curativas del limón…"

Reflexión del Miercoles Santo:
"Solamente quien ve a JESÚS mensajero de paz, de justicia, de amor, de perdón..., puede comprender bien al que da la vida por los demás en una cruz. Y,a su vez, todo el que contempla al crucificado puede valorar bien la grandeza de sus enseñanzas ..."

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